Todos los que me conocen bien, saben que para mí el Camino de Santiago se ha convertido en una actividad en forma de terapia y de presencia absoluta.
Lo he utilizado los últimos años tanto como viaje de ocio y como viaje de sanación en época de crisis existenciales.
Me ha ayudado a reconectar conmigo, encontrar claridad, armonía, alejarme del ruido de la rutina y de mi personaje, a mantenerme presente en el aquí y ahora y volver a la paz.
No digo que sea fácil hacer el Camino. También depende de cuál decidas hacer y la actitud que tengas en esta aventura. Pero te aseguro que todos ellos te transformarán de una manera u otra.
Esta soy yo en el Camino Portugués, a solo 10 kms de Santiago.
Estar a esa distancia de Santiago, significa mucho más que los kilómetros caminados. Significa gente nueva conocida, paisajes llenos de naturaleza, pueblos con encanto, buena comida casera, cafés mañaneros en distintos pueblos o aldeas, nuevas historias personales que te maravillan, darte cuenta de que necesitas mucho menos en la vida y que puedes vivir con lo te cabe en una mochila.
El Camino te devuelve a tu esencia, te ayuda a conectar con el presente y dejar el pasado y el futuro a un lado.
Te hace crecer a cada paso sin que te des cuenta.
El Camino es como la vida. Solo que reducida en unos días, en los que conoces partes de ti que en el día a día no eres capaz de ver por el mundo en el que nos movemos.
Te invito a vivir esta experiencia al menos una vez. No tiene por qué ser conmigo. Haz el Camino con quién sientas , con companía o en soledad. Pero hazlo y recoge todo lo bueno que te dará.
¡Un abrazo y Buen Camino!
- Kybel -
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